Creo que ahora si que ya podemos dar por terminado el invierno y darle la bienvenida a la primavera como se merece, con una tarta primaveral de chocolate blanco, por ejemplo. Una idea de aquí y una idea de allá, un poquito de paciencia y mucho amor son los ingredientes principales de esta tarta, que además tiene una dedicatoria muy especial. Es la tarta que le regalé a mi suegra (que palabra mas fea) por su cumpleaños y de la que dimos buena cuenta….

A este bizcocho marmoleado le he tenido que quitar la bola de helado a última hora para añadirle un vaso de leche bien caliente, ¡¡¡QUE FRÍÍÍÍÍÍÍÍÍOOOOOOOOOO!! Ya ves como me gustan las recetas sencillas, ricas, caseras, y a poder ser con chocolate. Esta es una de esas recetas que yo llamo del día a día. Ahora que tanto se lleva la repostería creativa, que cuanto más espectacular es la receta mejor, yo voto por la sencillez (de nuevo), no digo que no me guste ese tipo de repostería, faltaría más, pero desde Hoja de Menta también queremos darle cariño a la repostería más tradicional. No se si os pasa lo mismo que a mi, que cuando estoy haciendo este tipo de bizcochos que no requieren ninguna técnica especial, me recuerdan a esas madres y tías a las que la repostería moderna les parece un tren que va muy deprisa, y me da nostalgia…

¿Que le dijo la mona al mono? Va-monos… y yo digo, a por la mona de pascua. Estamos ante otra tradición desconocida para mi hasta que vine a España. La mona de pascua, así como las tortas de pasas y nueces son unos dulces típicos de estas fechas en la Comunidad Valenciana y en gran parte del mediterráneo.

Esta tarta nido de chocolate y fondant es de esas tartas que te buscan y te encuentran, toda una sobredosis de dulzor con un significado especial. Me la pidió una amiga que aprecio mucho, Anita es un sol y Julia, que es su hija de 3 añitos es auténtica. Julia quería una tarta que tuviera pajaritos o pollitos. Recurrí a las geniales ideas de Carol Deacon, para inspirarme en esta tarta que según me cuentan resultó ser todo un éxito. Tenía yo mis dudas con los barquillos de chocolate, porque para cortarla pensé que podían estorbar un poco pero sucedió justo lo que me imaginé, a la hora de cortar la tarta ya no quedaban barquillos, unos pequeños duendes se encargaron de ese trabajo…

¿Sabes lo que es la adicción al chocolate? Yo no lo sabía hasta que probé esta maravilla. En la casa se le conoce como chapapote, si, un nombre horrible para un bizcocho, pero absolutamente descriptivo de lo que es este bizcocho. Es verdad que algunas veces lo he sacado un pelín antes del horno y por sacarlo antes queda un poco de masa densa que parece chapapote y con esa etiqueta se ha quedado, pero me he negado a titularlo así, ¿no? ¿que opinas tu?

¿Que tienes ganas de que llegue el verano? ¿Y esas magdalenas caseras recién horneadas con un vaso de leche calentita? mmmmmmmmmmmmmmmm. Pues si, oye, en medio de tanta corrupción, se me han colado estas sencillas y mollositas magdalenas como las que te podrías encontrar en ese típico horno de pueblo. Como me gustan esos hornos, me parecen tan entrañables, con ese inconfundible olor que desprenden a metros de distancia, que te atrae como si te metieran un gancho en la nariz y te arrastraran hasta la misma vitrina en la que reposan esas impresionantes magdalenas…..

No me puedo imaginar un bocado más adictivo que este coulant o volcán de chocolate en erupción. Olvídate de la dieta y de la cuesta de Enero por un minuto y date un homenaje de chocolate. Además no puede ser más fácil y rápido de preparar.

A mi me encanta combinar el chocolate con las fresas, si, ya se que es un poco pronto para las fresas, pero es que vas al mercado y te las meten por los ojos hasta el alma, ¡Se ven tan apetitosas! ¿Y como huelen?

Arranco 2013 subida en una nube, como Heidi y es que ahora que está de moda ser pesimista, yo te propongo llenar tu cocina y tu casa de nubes y nubes de azúcar, gelatina y mucho optimismo.